viernes, 26 de septiembre de 2008

Las cocinas de Quilmes

Flores robadas a la nostalgia
tan nunca bien ponderada
¿está mal sentirla-está mal demostrarla?
las reuniones en donde se distribuían
las tareas por seudónimo,
se pensaba una línea editorial, un banco de imágenes,
el nudo temático con que insistiría
el color de la bandera, el dolor local.
No hay distinción genérica, decimos,
pero por qué me encanta pensar en esos tiempos : cocinaban ellos.
Nosotras organizábamos la distribución de la mesa,
charlábamos parejo.
Ellos servían, daban el toque
final a cada plato. Y por supuesto, mate
amargo que cebaba con agregado de rosas de pakistán
siempre el mismo maestro en tema: varón.