El único que suplanta las ovejas saltando de un lado a otro del corral, de la mesura del día al infinito en la línea horizontal que se traza cuando los párpados caen:
Fermín y Anita -dije anoche.
¿Cómo luciré ya para vosotros, con este sombrerón fantasma
y estos huesos porosos con el ligero dolor del mundo: ¡bufón!
y con este bastón y esta caperuza y este sonajero contra el rumor de una indestructible carcajada
Es la madrugada y estoy sollozando todavía, mordiendo la servicial almohada y comprendiendo
que ustedes no están para saltar como monitos en nuestra cama y
yo buscando sobre la risa o red del circo mi libretita de apuntes con mi terco dolor en "la boca del estómago".
Pero esto es otra cosa: otro campo donde la pesadilla apaciguada se enriquece:
malones de niños me atacan con pasto, con yerba y agua lavada tratan de cegarme,
borronear las débiles comisuras de unos débiles caligrafiados labios: otro campo EL CAMPO.
con todo su escozor y todo su derroche y toda la piratería para los sueños del dolor:
¿ debo escribir?**
**Carrera, Arturo en Arturo y yo