Cebo mate tirado en el pasto y el Pibe de Oro sentado en un banco de madera me mira desde arriba. Cebo mal y me quemo la mano. Le digo ai, me quemé la mano; con la paja, me dice. Me toqué la pija y me quemé la mano, le digo. Y para que se te enfríe te la metiste en el culo, me dice. No, para que se me enfríe te toqué el pecho y se me congeló, le digo. Qué me estás diciendo pecho frío. Y no sé, vos fijate, le digo, mirándolo desde abajo con cara de Cachorro. Yel Pibe de Oro se me viene encima diciendo algo de ya vas a ver pechofrío y empezamos a jugar a la lucha hasta que todo se confunde con amor y a él me parece que no le gusta más.
*Mariano Blatt, Increíble, Bs As, El Niño Stanton, 2007