Me encontré conmigo misma otra vez. No soy una sombra
aunque haya una sombra naciendo de mis pies. Soy una esposa.
La ciudad espera y tiene un mal. Las pastitos
crujen a través de la piedra y están verdes de vida.
* en Tres Mujeres. Un poema para tres voces de Silvia Plath.
Traslación mía.