martes, 27 de abril de 2010

Tea connection



empezamos con la idea de un día juntas


que podía volverse infinito, aspiradas en

la lógica adicción del humo de té.



Un nudo conveniente de mentes felices.



Suena imposible pero a veces no.


Tengo el alma por el piso y la presión baja,



mis ánimos automáticamente se levantan:


una a una vamos llegando,



sentándonos a la mesa, cada quien aporta



los sabores de su humor.




Abandonamos el filtro y desatamos


el jengibre, la canela, el cardamomo,


formamos pirámides negras que hacen reir a los niños.




Acá adentro se respeta a rajatabla



el ritmo de la tribu y hacemos de la crianza



un concreto en plural.




El colador drena lo malo; nadie está en su casa.


Por primera vez, viajar te alivia



el equipaje emocional.




Alguien tiene una idea: -pidamos cantidades



para regimiento-



sobran platos, sumensé



maquinemos una excusa



para reir, repetir,



engordar, quedarnos.