·photo by linda gavin, como casi todas las de este blog
jueves, 23 de diciembre de 2010
martes, 22 de junio de 2010
no soy yo
tengo una amiga que me halaga:
-tu casa parece la de tim burton
-ah!, por?
-por lo tétrica
(habla de mis cuadros de muñecas y de los juguetes -bellísimos- que le compro a mi hija)
no digo nada, me río. me hace reir en serio. y también pensar que tétrica es la casa de ella, pelada, cero cuadro,detalle ninguno, una alfombra gris gastada desnuda y gracias. cualquier oficina tiene más onda y sentido de la decoración interior que vos, mamu.
y mucho más tarde me doy cuenta. el arte que me gusta, el arte explícitamente delicado y siniestro pone en juego al espectador. yo lo veo lindo, lleno, completo, como a la vida misma. pero claro, en este momento, vos, debés estar viendo la línea al medio en tu vaso y pensando "mitad vacío".
sos vos, claramente.
y después, cuando te fuiste, pensé en pedirte que vuelvas.
martes, 27 de abril de 2010
Tea connection
empezamos con la idea de un día juntas
que podía volverse infinito, aspiradas en
la lógica adicción del humo de té.
Un nudo conveniente de mentes felices.
Suena imposible pero a veces no.
Tengo el alma por el piso y la presión baja,
mis ánimos automáticamente se levantan:
una a una vamos llegando,
sentándonos a la mesa, cada quien aporta
los sabores de su humor.
Abandonamos el filtro y desatamos
el jengibre, la canela, el cardamomo,
formamos pirámides negras que hacen reir a los niños.
Acá adentro se respeta a rajatabla
el ritmo de la tribu y hacemos de la crianza
un concreto en plural.
El colador drena lo malo; nadie está en su casa.
Por primera vez, viajar te alivia
el equipaje emocional.
Alguien tiene una idea: -pidamos cantidades
para regimiento-
sobran platos, sumensé
maquinemos una excusa
para reir, repetir,
engordar, quedarnos.
viernes, 19 de marzo de 2010
miércoles, 17 de marzo de 2010
Inspiradas por el afán de tenerlo todo en un puño
¿Está mal querer unirse cada vez a más gente?
Ella un día me vio en sus brazos pero no supo que yo lo hacía por ella. Él iba a ser perfecto, a completar su vida. Mi misión fue acercarlos, dar a luz ese lazo.
Ella es el arco iris. Y si estoy triste es porque le pregunté si iba a volver a quererme un día como antes y obtuve un sí pero un poco indiferente un poco mirando para adelante cuando yo estaba al costado.
Sé que me perdonó como se perdona una infidelidad. Nunca va a volver a ser lo mismo. Nacieron de repente un puñado de nuevas reglas. Ahora sobre la base de nuestro amor sincero hay un maldito tabú: él para siempre en el medio.
Poco a poco pasó a ocupar gran parte en nuestras nubes de pensamiento diarias y hasta se hizo al fin rey en el condado de nuestra vida doméstica. Ella llegó incluso a tenerle adoración desmedida. Y comenzamos así, sin
darnos cuenta, una vida renovada y feliz en torno a él.
Ella en el fondo me lo agradece, lo sabemos juntas, el hecho de haberlo traído hasta nos. Pero también es evidente lo mucho que me culpa ( ya no estamos solas) y todo lo que los cambios...
¿Hay un límite apropiado en el reglamento de toda fábrica de amor?
Yo no sé, yo quiero ser la dueña de todos los colores pero antes quiero que pase un tiempo: que ella un día venga y sin querer me perdone.
Ella un día me vio en sus brazos pero no supo que yo lo hacía por ella. Él iba a ser perfecto, a completar su vida. Mi misión fue acercarlos, dar a luz ese lazo.
Ella es el arco iris. Y si estoy triste es porque le pregunté si iba a volver a quererme un día como antes y obtuve un sí pero un poco indiferente un poco mirando para adelante cuando yo estaba al costado.
Sé que me perdonó como se perdona una infidelidad. Nunca va a volver a ser lo mismo. Nacieron de repente un puñado de nuevas reglas. Ahora sobre la base de nuestro amor sincero hay un maldito tabú: él para siempre en el medio.
Poco a poco pasó a ocupar gran parte en nuestras nubes de pensamiento diarias y hasta se hizo al fin rey en el condado de nuestra vida doméstica. Ella llegó incluso a tenerle adoración desmedida. Y comenzamos así, sin
darnos cuenta, una vida renovada y feliz en torno a él.
Ella en el fondo me lo agradece, lo sabemos juntas, el hecho de haberlo traído hasta nos. Pero también es evidente lo mucho que me culpa ( ya no estamos solas) y todo lo que los cambios...
¿Hay un límite apropiado en el reglamento de toda fábrica de amor?
Yo no sé, yo quiero ser la dueña de todos los colores pero antes quiero que pase un tiempo: que ella un día venga y sin querer me perdone.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)